Creo que ésta es una de las preguntas del millón en el mundo de la fotografía digital. Trataré de no extenderme demasiado porque da para escribir uno o dos libros. El tema del color funciona de la siguiente manera.

Hacemos las fotos con una cámara que interpreta los colores como quiere, y no me refiero al ajuste de blancos ni al estilo de imagen de las cámaras réflex. Incluso con un ajuste de blancos personalizado y con un estilo de imagen fiel o neutro cada sensor interpreta los colores de una manera determinada. Por tanto desde el momento de tomar la foto ya se están alterando los colores reales de los objetos, produciéndose una desviación diferente en cada color. Luego vemos cómo resolverlo.

Por otro lado cada monitor en función de su tecnología y de su uso, incluso de la luz que haya en la habitación (cantidad y temperatura de color), representa a su gusto los colores teóricos de una foto digital, es decir, que lo que vemos en la pantalla no corresponde fielmente con lo que hay en un fichero digital. De nuevo, el monitor altera cada color de forma distinta produciendo desviaciones. Luego vemos cómo resolverlo.

Por último, en el momento de la impresión, en función del papel, tintas e incluso temperatura ambiente y temperatura de las impresoras, los colores también se ven alterados. De nuevo se produce una desviación sobre los colores teóricos que hay en el fichero difital. Luego vemos cómo resolverlo.

Aunque la pregunta a resolver sólo afecta las dos últimas partes, voy a explicar cómo llevar un proceso fotográfico calibrado en todas las fases, sin profundizar, para tratar de dar una visión global.

Primer paso: calibración de cámara

Aunque se llame así en realidad no se le hace nada a la cámara. Lo que se hace es añadir a  una foto en unas determinadas condiciones de luz una carta de colores calibrada. Esto significa que el fabricante de dicha carta nos garantiza que los colores teóricos que contiene son casi perfectos y están calibrados, aunque la realidad es que con el tiempo se degradan y hay que reemplazarlas de vez en cuando. Al hacer una foto con dicha carta de color la cámara alterará los colores teóricos de la carta.

Foto tomada con la carta de color, estilo de color Camera Standard y ajuste de blancos personalizado, procesada en LR con dichos parámetros y sin tocar nada más. En esta foto los colores reales han sido modificados por la cámara.

Con el programa que trae la carta de color se analiza la imagen «errónea» y se calcula la desviación que hay, color por color, del teórico al real, de forma que ya tenemos la corrección que hay que aplicar sobre cada color.

Análisis que realiza el software de la carta, detectando los colores de la carta de color y calculando la desviación que hay en cada caso.

El programa genera un perfil de corrección que aplicaremos sobre las fotos hechas en esas mismas condiciones, que aplicaremos en el revelado raw (por ejemplo en Lightroom). Dicho perfil guardará color a color la corrección que hay que hacer para los colores que quedan registrados en la imagen digital sean los reales, sin la alteración que la cámara hace.

En esta imagen se aprecia cómo se corrigen los colores a los reales que contiene la carta de color al aplicar el perfil de corrección.

Lo único que queda ya es aplicar el mismo perfil a las imágenes que queremos hacer «bajo las mismas condiciones de iluminación».

Personalmente yo utilizo la carta de color Xrite Color Checker Passport.

Segundo paso: calibración del monitor

La calibración de un monitor se puede hacer de forma seria con un calibrador, que es un dispositivo que ponemos delante del monitor.

Imagen propiedad de Xrite

Lo primero que nos permitirá el calibrador es ajustar la luminosidad del monitor (ajuste del brillo y el contraste) para garantizar que el negro se muestra lo más negro posible y el blanco lo más blanco posible. Posterioremente el software del calibrador comenzará a mostrar por el monitor una serie de colores teóricos, el monitor los altera y los muestra modificados. El calibrador mide la desviación sobre cada uno de ellos y genera un perfil de corrección, que lo que hará es modificar cada color para compensar su desviación para que nuestro «imperfecto» monitor lo muestre el fichero digital lo más cercano posible a la realidad.

Imagen propiedad de Xrite

Tener un monitor calibrado es el primer paso para que las fotos salgan bien en la impresión. Pero eso no nos garantiza que así sea, también depende de que las impresoras estén calibradas. Lo único que te garantiza tener un monitor calibrado es que ves las fotos en tu monitor como dicen el fichero digital que son, o mejor dicho, lo más parecido.

La realidad es que el mundo de los monitores y su calibración es amplio y complejo, pues depende mucho de la tecnología del monitor, de si es glossy (curiosamente aquí apple peca, y de sobra es conocido que la mayoría de sus monitores son de difícil calibrado, si no imposible en algunos casos), y de si la persona que lo calibra lo hace bien y periódicamente.

Por otro lado, depende mucho también del monitor en sí y del espacio de color utilizado. El espacio de color representa la paleta de colores utilizada, o el conjunto de colores utilizado para representar una imagen digital. Los más conocidos son SRGB y Adobe RGB. Este último es más rico en colores. Sin embargo la mayoría de los monitores domésticos no son capaces de mostrar dichos colores. Sólo los monitores que tienen pretensiones profesionales los muestran. Cuando me preguntan si hay tanta diferencia entre un monitor normal y uno profesional mi respuesta es que es abismal. Yo mismo he sufrido los problemas de tener fotos que al imprimirlas nada tenían que ver con lo que yo había procesado en el ordenador, incluso usando un monitor teóricamente calibrado de forma correcta. La realidad después de pelearme mucho con él es que el monitor no era bueno. Sólo conseguí resolver el problema adquiriendo uno profesional.

Como éste es un tema amplio del cual además no soy un experto prefiero recomendaros un libro de alguien que sí lo es.

Calibra el monitor – Hugo Rodríguez
Editorial: Marcombo – ISBN: 9788426719942

A día de hoy, y personalmente, me parece un buen producto para calibrar tu monitor el calibrador el calibrador X-Rite i1Display PRO

Tercer paso: Calibración de la impresión

Como decía antes, aspectos como el tipo de papel usado, las tintas y la temperatura hacen que en el momento de imprimir se produzcan desviaciones. La forma de resolverlo, una vez más, es imprimir una carta de color con la impresora. Dicha carta de color lleva unos colores teóricos. La impresión se verá alterada y los colores saldrán modificados. Con un calibrador (puede ser el mismo que se utilice para calibrar el monitor, dependiendo del modelo concreto de calibrador) se medirán cada uno de los colores de la carta de color para calcular la desviación. Con esto lo que se consigue es definir un perfil de corrección para la impresora, que compensará y corregirá, por cada color, su desviación, consiguiendo así los colores reales. Es decir, que si en el momento de imprimir aplicamos el perfil de corrección los colores aparecerán en la impresión como deben.

Imagen propiedad de Xrite

El calibrador X-Rite ColorMunki Photo además de calibrar monitores también sirve para calibrar impresoras.

Cuarto paso: Trabajar con un laboratorio

Para trabajar con un laboratorio y obtener los resultados que deseas, lo primero es que tu monitor debe estar calibrado, lo segundo, que sus impresoras deben estar calibradas en función del papel y tintas que usen, y lo tercero es que les enviemos los ficheros con las especificaciones que nos indiquen, exactamente.

Lo que debemos acordar con ellos para ajustar nosotros las fotos antes de enviárselas es:

– Formato: JPG o TIFF
– Profundidad de bits: 8 ó 16 (si se envía en TIFF). En JPG siempre será 8 bits.
– Espacio de color: SRGB, Adobe RGB u otro.
– Resolución: 240 dpi, 254 dpi, 300 dpi, 360 dpi, etc.

Si no le enviamos las fotos tal como nos las piden lo que ocurrirá es que se producirán desviaciones incontroladas y los colores no los veremos bien. El mayor problema suele surgir al utilizar Adobe RGB cuando nos piden SRGB. Debemos enviárselas como nos las pidieron. Finalmente debemos valorar y probar con diferentes laboratorios hasta que el resultado sea el esperado, y comprar la copia impresa con la copia en el monitor.

Sé que es una visión muy simple de todo esto, pero esa es la intención de este artículo, ofrecer una visión global de toda la cuestión. Para profundizar os recomiendo la lectura del libro de Hugo Rodríguez, que es un referente en España en lo que a la calibración de equipos se refiere. No sé si hay algo que se me escapa, pero cualquier cosa podéis dejar un comentario en este post.

Written by Jesús Rodríguez